martes, 17 de mayo de 2011

Semana 10: La Ley Sinde (que no es una ley)

Hablar de la Ley Sinde no es fácil, sobre todo porque ya se ha escrito mucho sobre ella, y lo más probable es que ya esté todo dicho. No obstante voy a hacer algunas reflexiones al respecto que me han surgido en estos intensos días en los que he estado leyendo e indagando en la red y otros medios con el objeto de documentarme un poco para este trabajo.
No puedo comenzar el trabajo sin hacer una mención especial al origen de esta “reforma” legislativa. Parece que está demostrado que todo este lío viene precedido por las presiones que el gobierno norteamericano ha ejercido sobre el español para que pudiera en marcha esta ley (también aquí hay información al respecto). Estas presiones no tienen otro objeto que alargar más allá de lo sostenible una situación de privilegio de las industrias del entretenimiento. Y no es de extrañar; estos lobbies acostumbran a presionar cuando están a punto de perder cualquier tipo de privilegio (véase la ampliación de la Ley Sonny Bono).
Por otra parte, si algo he aprendido en mi estudio, es que los defienden la Ley Sinde, lo están haciendo con argumentos falsos:
  • La piratería vulnera los derechos de los creadores/artistas. Falso. Como dice Juan Gómez Jurado: La piratería no existe. Los piratas son muy pocos y apenas ganan dinero con sus actos. Son las propias entidades de gestión, con su incapacidad de adaptarse a la nueva situación, las que está haciendo que la gente, harta de pagar cantidades inmorales (y durante mucho tiempo) por productos que no lo valen, traten de conseguir gratuitamente dichos productos…
  • La creación puede morir si se permite la piratería. Falso. Si algo se ve cada vez más en la red y en otros foros es creatividad. Cientos de nuevas ideas, formas/modelos de negocio, inventos, etc. se cuelgan en páginas web.
  • Se está destruyendo la industria cultural. Falso. Lo único que está provocando su crisis es precisamente el proteccionismo de los viejos modelos de negocio. Quizá sí que se estén destruyendo (autodestruyendo diría yo) las grandes industrias que, para mantener sus privilegios, aplastan a cualquiera que quiera innovar y hacerse un hueco en la nueva ciber sociedad. Pero es muy probable que haya llegado su fin, el fin de su ciclo productivo.
Y tomando postura, que de eso se trata, diré que estoy en contra. Y no lo estoy porque crea que está bien la copia de materiales sin pagar. Creo, estoy convencido de ello, que los derechos de autor deben existir y su regulación debe defender a los creadores, igual que la regulación de patentes protege la propiedad industrial. Si no se incentiva de alguna forma la creación y la invención, estamos abocados al estancamiento y al fracaso. Pero, de defender dichos derechos a favorecer una industria que, aprovechando una situación heredada y mediante precios abusivos y plazos de tiempo absolutamente inmorales ya es multimillonaria –y trata de seguir siéndolo a costa de leyes que, a priori entienden que todos somos delincuentes potenciales por el simple hecho de navegar por la red–, hay un trecho muy largo. Asuntos como el canon digital deben ser inmediatamente anulados por injustos… ¿a alguien se le ha ocurrido que el ayuntamiento de Madrid (por poner un ejemplo) nos cobrara 120 € al entrar en la ciudad “para cubrir las posibles infracciones en materia de aparcamiento”?
En cualquier caso, y yendo a lo fundamental del asunto, nadie va a poder evitar que la gente copie contenidos (salvo que se les ocurra poner los CDs a 200 € / unidad y los discos duros a 6.000 € los 500 GB… espero que nadie lea esto y saque ideas). La red, para bien y para mal (que de todo tiene) está ahí y nadie va a poner puertas al campo –frase muy manida pero de plena actualidad–. Son la educación (en el más amplio sentido de la palabra) y, sobre todo la adaptación a los nuevos tiempos, lo que hará que cada sector de la sociedad disfrute de sus derechos y deberes de la forma más justa posible. En una etapa en la que conseguir una canción, un libro o una película están a un click de distancia, se me antoja que será la bajada de precios a cotas razonables, la que conseguirá que la sociedad asuma el papel de los creadores –debidamente remunerados por su trabajo– como parte importante del motor que impulsa el progreso hacia adelante.
Para este pequeño argumentario he leído mucho material. De todo él, reflejo aquí solo una pequeña selección. En los diferentes artículos se explica de forma mucho más experta que la mía algunos de estos razonamientos:
-Juan Gómez Jurado: La piratería no existe
-Enrique Dans: Preguntas y respuestas sobre la Ley Sinde (mi versión)
-Alex de la Iglesia: discurso Gala Premios Goya 2011
-Marc Vidal: Libre no es gratis

http://cultura-abierta.blogspot.com/2011/04/semana-10-propiedad-intelectual-y.html

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